En 1898 el reportero inglés Ebenezer Howard logró publicar su pequeño libro llamado “Las ciudades jardín del mañana”. Este sencillo tratado sobre urbanismo fue para él la continuidad de su sueño y el comienzo de un movimiento social que respondía a la urgente necesidad de cambiar las insalubres y hacinadas condiciones de vida en las urbes que resultaron de la revolución industrial, en especial para mejorar la calidad de vida de las masas de obreros y sectores que sufrían la desigualdad del sistema liberal.
La Ciudad Jardín diseñada por Howard es una ciudad cuidadosamente planificada, con viviendas familiares dispuestas en forma circular para propiciar una mejor comunicación entre los vecinos, todas con jardines y patios y un gran espacio público en el centro donde se desarrolla la vida comunitaria. A su vez, la zona residencial, está rodeada de amplios espacios verdes y zonas rurales que siempre serán de dominio público porque si se tratara de propiedad privada se prestaría a la voracidad de los negocios inmobiliarios y acabaría con el entorno natural, que es el elemento fundamental de la Ciudad Jardín. Por eso en este modelo de ciudad, toda la comunidad controla el uso del suelo.
La Ciudad Jardín es relativamente pequeña, no cuenta con más de 30.000 habitantes, y sus características son de ciudad-campo, convinando todas las ventajas de la vida rural y de la vida urbana: osea la belleza, tranquilidad y salud del campo, con las relaciones sociales, culturales y económicas de la ciudad.
La Ciudad Jardín es autosuficiente, sus habitantes trabajan en la propia ciudad, todo está cerca, todos están cerca, por eso transportarse es fácil y barato y los alimentos suficientes se producen allí.
La Ciudad Jardín no está aislada porque a pocos kilómetros siempre habrá otras ciudades jardín similares que se van construyendo a medida que crece la población. Las ciudades jardín se comunican unas con otras y con las grandes urbes por medio del ferrocarril .
Howard era un soñador práctico por eso en 1900 creó la Asociación de “Ciudades Jardín”, un movimiento internacional que logró fundar varias ciudades jardín. El modelo funcionó.
Sin embargo, las leyes del mercado se ocuparon de destruir ese sueño de igualdad y comunión entre la gente y de armonía con la naturaleza. Porque las leyes del mercado, la propiedad privada y los negocios inmobiliarios son los reales enemigos de la Ciudad Jardín.
¿HOY SERÁ UNA UTOPÍA LA CIUDAD JARDÍN?
Y bueno, si la ciudad jardín es utopía,
podemos pensar que la utopía es un lugar,
y podemos decir también que ese es nuestro lugar.
Aquí estamos...
Varios, muchos o todos
Construyendo la ciudad jardín.
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