por Cristián Vay - Matemático caroyense becado en Europa
El camión de la basura pasa una vez a la semana. Todas las semanas junta los restos. Los otros tipos de residuos cada 15 días, una semana orgánicos y otra, los que faltan. Además uno puede llevar la chatarra y los vidrios a depósitos o contenedores que hay por la ciudad (digamos que también uno puede juntar alguna que otra "chatarra": es prácticamente posible amoblar una casa con muebles recolectados de la calle.)
Para separar, hay que comprar bolsas o tachos (de estos sólo para orgánicos, papel y cartón) especiales. La municipalidad monopoliza el comercio de las bolsas y tachos. Si no tenés las bolsas de la municipalidad, no te juntan la basura. Además, las bolsas para "restos" son más caras, lo que tendría que obligarte a separar.
Sin embargo, gente a la que no le importa el mundo las hay en todo el mundo; por algo estamos como estamos. Hay gente que elige no separar orgánicos u otros que dejan la basura del picnic en el medio del parque (que son tan lindos por estos lados y la municipalidad se encarga de cuidarlos muy bien. Eso sí, no he visto de esas demarcaciones de pasto amarillo-muerto-por-RundUp como podemos ver por la Colonia).
La separación de residuos no es una gran ciencia: una cosa acá, otra allá y ya. Pero déjenme resaltar un par de cosas que me llaman la atención.
Acá el camión de la basura pasa una vez por semana y cada dos, para algunos tipos de residuos ¡En la colonia el camión pasa 2 o 3 veces por semana! Para los que suponían que amontonarían basura con 4 tachos de basura diferente en la casa. Ya ven que estaban equivocados, pasa todo lo contrario.
Además, de reciclar estamos logrando quemar menos combustible.
Para los que piensan en dinero, la municipalidad gasta la mitad en el servicio de recolección de basura. Y hasta gana dinero si pensamos en el negocio del reciclado y en el de las bolsas, que son únicas.
No sé cómo fue el comienzo, si fue difícil concientizar a la gente o no y aún hay los que no aprendieron. Pero me parece que las ventajas del reciclado son muchas y hacerlo no cuesta nada.
Y PARA EL FINAL UNA REFLEXIÓN DE CRISTIÁN...
Uno anda por ahí tirando cosas como si nada. Esto ya lo use, al tacho. Se acabo la gaseosa, botella al tacho. Papel de caramelo, al tacho. "Al tacho" en los mejor de los casos. Muchas veces no somos conscientes de la basura que generamos. Casi que es como si no existiera. Pero en realidad existe. Es algo que de algún lado salió y a algún lado va a parar.
Mientras uno ve la basura y piensa en dónde va a poner una cosa y dónde otra, tendría que tomar consciencia de esto y tener otra actitud frente a las cosas que usamos y desechamos como si nada. Como si mañana no vaya a aparecer una bolsa blanca colgando de un árbol o como si mañana no me vaya a sentar sobre un chicle en el asiento del colectivo o como si mañana no me tenga que mudar porque el agroquímico para la soja, que luego van a usar en el chocolate, me está provocando cáncer.
Cristian Vay vive en Colonia Caroya, tras ser becado por la Unión Europea se encuentra realizando investigaciones en el exterior.
Cristian de 26 años, es licenciado en matemáticas graduado en la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la Universidad Nacional de Córdoba (FAMAF). Desde el mes de julio se encuentra viviendo en Bélgica trabajando sobre su especialidad, y aprovechando también a vivir nuevas experiencias.
Cristian de 26 años, es licenciado en matemáticas graduado en la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la Universidad Nacional de Córdoba (FAMAF). Desde el mes de julio se encuentra viviendo en Bélgica trabajando sobre su especialidad, y aprovechando también a vivir nuevas experiencias.
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